miércoles, 4 de mayo de 2016

Amar sin poseer.

El desapego nos permite relacionarnos con todo pero sin causar dolor y sufrimiento. Consiste en el desprendimiento de nuestro interés por el resultado, sin renunciar a la intención ni al deseo, sumergiéndonos en lo desconocido, adentrándonos en el campo de todas las posibilidades.
El desapego implica vivir en el presente, el aquí y ahora, aceptando la realidad y los hechos que van sucediendo. Está relacionado con el disfrute de las cosas, sabiendo que son transitorias, que no permanecen ni son estáticas. Todo a nuestro alrededor se va modificando, incluida nuestra forma de ser, dependiendo de las experiencias de las que vamos siendo participes.
Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe sino que aprendemos a amar, a preocuparnos e involucrarnos sin generar un profundo caos interno, olvidándonos de la necesidad de poseer para ser felices.
Desapegarnos es el sostén de nuestra libertad, permitiendo también ser libres a los demás. Es liberarse de la rigidez abriendo paso a la flexibilidad y las posibilidades. Desapegarse es comenzar a descubrirse a sí mismo sin el obstáculo de la seguridad y certidumbre.
El desapego implica comprender que las pérdidas sucederán y serán inevitables. Que soltaremos de la mano lo que amamos, pero sin dejar de amarlo.-

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